Delivering Seminar Session
Research Lab M502
22nd Nov. 2017
Sunday, July 01, 2018
Tuesday, March 20, 2018
TEATRO GRIOT
⁄
QUE AINDA ALGUÉM NOS INVENTE
⁄
ESTREIA / COPRODUÇÃO
SEX 2 MAR ⁄ 21H30 & SÁB 3 MAR ⁄ 19H00
⁄
PALCO DO AUDITÓRIO • CAMPO ALEGRE
7,50EUR • M/14
///
CONVERSA PÓS-ESPETÁCULO COM ISAQUE FERREIRA • SEX 2 MAR
Diseur e Programador cultural
É um ritual que vacila entre o orgulho e o remorso.
Entre o conflito e a confidência fundem-se os papéis de rainha e mulher. Deixa-se de se distinguir quem é quem na glória e na vaidade, pois o atrevimento também é próprio da conquista. Njinga Mbandi invoca os seus mortos numa conversa consigo mesma, fala do que foi e do que poderá nunca ter sido, não esgota o seu transe em estórias reféns do seu tempo. Resistindo sempre, dissimuladamente. Atormentando e perseguindo à vez ora homens ora vontades, as suas e as dos a si entregues, guerreiros, escravos e traidores. Filha, irmã e amante, Njinga terá tempo de contar a sua versão, escusando-se ao logro de um passado forjado, divinizado e imaculado no seu desígnio.
O Teatro Griot é uma companhia de atores que se dedica à exploração de temáticas relevantes para a construção e problematização da emergente identidade europeia contemporânea e intercultural, e do seu reflexo no discurso e na estética teatral. Já levou à cena textos de Wole Soyinka, Pepetela, Breyten Breytenbach, Shakespeare, Lynn Nottage, Ésquilo, Al Berto ou Genet, encenados por Rogério de Carvalho, Nuno M Cardoso, Guilherme Mendonça, Bruno Bravo, António Pires, João Fiadeiro e Zia Soares. O Teatro GRIOT é uma estrutura apoiada pela Câmara Municipal de Lisboa.
BILHETES
texto dramático inédito inspirado na vida da Rainha Njinga Mbandi Ricardo P. Silva
Encenação Paula Diogo
Atores Daniel Martinho, Gio Lourenço, Matamba Joaquim, Zia Soares
Movimento Vânia Gala
Materiais cénicos Francisco Vidal
Luz Pedro Correia
Cenário e figurinos Mariana Monteiro
Música original Dj Marfox e Dj N.K.
Design de som Chullage
Assistência de encenação Carlos Alves
Tradução para kimbundo Galiano Neto
Produção executiva Urshi Cardoso
Coprodução Teatro Municipal do Porto, Teatro Griot
Duração aproximada 1h30
"Que ainda alguém nos invente" do Teatro Griot
Foto: André Rolo/Global Imagens
01 Março 2018
O Teatro do Campo Alegre, no Porto, recebe, esta sexta-feira, a peça "Que ainda alguém nos invente", uma produção do Teatro Griot, com encenação de Paula Diogo. Sexta-feira, a sessão é às 21.30 horas e sábado, às 19 horas.
Catarina Ferreira
"Njinga Mbandi" invoca num ritual, uma conversa consigo mesma. Nesta espécie de transe, o elenco de quatro atores vai discorrendo em monólogos e diálogos filosóficos desconexos sobre a culpa e o castigo, recorrendo a alegorias sobre animais. "Gosto dos que abrem a boca para falar e para morder".
Na ausência de uma narrativa clássica, as personagens vão mudando de papel entre si, deixando o espectador alerta para um perigo eminente.
O sentimento de emergência latente em toda a produção, que nos lembra que "a carne fresca apodrece de uma ou de outra maneira", é sustentado pelo ritmo rápido e por mudanças muito bem trabalhadas musicalmente. Para construir a dramaturgia, há jogos cénicos de teatro físico, extremamente interessantes do ponto de vista plástico.
A prestação de Gio Lourenço destaca-se pela sua forma como conjuga a palavra com o corpo, um intérprete pleno, ainda que a produção se torne a momentos um pouco hermética. O Teatro Griot assume-se como um coletivo dedicado à exploração de temáticas relevantes para a construção e problematização da emergente identidade europeia contemporânea e intercultural, e do seu reflexo no discurso e na estética teatral.
Que Ainda Alguém Nos Invente
Que Ainda Alguém Nos Invente
inspirado na vida da Rainha Njinga Mbandi
encenação de Paula Diogo
texto original de Ricardo P. Silva
actores: Daniel Martinho, Gio Lourenço, Matamba Joaquim, Zia Soares
movimento: Vânia Gala
figurinos e espaço cénico: Mariana Monteiro
materiais cénicos e design gráfico: Francisco Vidal
luz: Pedro Correia
música original: DJ Marfox e DJ N.K.
assistência à encenação: Carlos Alves
tradução para kimbundo: Galiano Neto
inspirado na vida da Rainha Njinga Mbandi
encenação de Paula Diogo
texto original de Ricardo P. Silva
actores: Daniel Martinho, Gio Lourenço, Matamba Joaquim, Zia Soares
movimento: Vânia Gala
figurinos e espaço cénico: Mariana Monteiro
materiais cénicos e design gráfico: Francisco Vidal
luz: Pedro Correia
música original: DJ Marfox e DJ N.K.
assistência à encenação: Carlos Alves
tradução para kimbundo: Galiano Neto
ESTREIA!
2 e 3 de Março no Teatro do Campo Alegre
co-produção Teatro GRIOT, Teatro Municipal do Porto - Rivoli . Campo Alegre
2 e 3 de Março no Teatro do Campo Alegre
co-produção Teatro GRIOT, Teatro Municipal do Porto - Rivoli . Campo Alegre
Bilheteira:
Tel. 22 606 30 00 (seg a dom 14h30 – 19h00 e 19h30 – 22h30)
bilheteira.tmp@cm-porto.pt
Tel. 22 606 30 00 (seg a dom 14h30 – 19h00 e 19h30 – 22h30)
bilheteira.tmp@cm-porto.pt
Monday, March 19, 2018
Review on Que Ainda Alguém nos Invente by Afonso Becerra in ArtezBlai
Njinga Mbandi en Teatro Griot
Si animamos la plástica, los colores, las formas, las luces, los cuerpos, surgirá una danza que nos congregará. Ese tipo de relación fundada en el movimiento nos conduce, de otra manera, hacia una comunidad habitada por el ritual que invoca algo más allá del aquí y ahora.
El movimiento afirma el aquí y ahora al mismo tiempo que lo trasciende en esa invocación ritual de la danza. Las presencias físicas se afirman, las identidades se disipan y se invisten de otras calidades y temperaturas, de otras figuras.
El sábado 3 de marzo de 2018 acudí al Auditorio Campo Alegre, del Teatro Municipal do Porto (Portugal), para ver su coproducción con la compañía lisboeta Teatro Griot, titulada Que Ainda Alguém Nos Invente, que se había estrenado la víspera.
Teatro Griot está formado por la actriz Zia Soares, nacida en Bié, Angola, y los actores Daniel Martinho, Gio Lourenço y Matamba Joaquim, los tres nacidos en Luanda, Angola. Su origen étnico no es gratuito, casi nunca lo es para nadie, porque la compañía explora, a través de su estética y de su discurso, las identidades desterritorializadas que circulan por Europa.
África y Europa en las tensiones que derivan de la memoria y el olvido, la proximidad y la distancia, la fidelidad a los orígenes y su trasgresión, los mitos fundacionales de aquí y los de allá. La lengua con la que se representa y se evoca un mundo, su extinción, su mantenimiento, su adulteración, su transmisión fuera del territorio y frente a las presiones globalizadotas y colonizadoras.
Teatro Griot podría equivaler a teatro trovador africano, ya que “griot” es una figura tradicional de África, encargada de narrar historias. Un artista ambulante que es una mezcla de poeta y cantor, depositario de la tradición oral de su pueblo, encargado de preservar su memoria. Un griot, además, también incluye la sátira y la crítica social.
Que Aínda Alguém Nos Invente es un título que podría hacer alusión a esa necesidad de narrarnos, de construirnos una historia. Esa necesidad acuciante de un país, como Angola, de comenzar a escribir su propia historia, después de un largo período de ingerencias mientras fue colonia portuguesa.
Que Aínda Alguém Nos Invente es un texto dramático inédito de Ricardo P. Silva, inspirado en la vida de la Reina Njinga Mbandi.
Una vez visto el espectáculo, dirigido por Paula Diogo y con un importante trabajo coreográfico de Vânia Gala, se podría decir que el texto es solo un elemento más que flota en medio del juego dancístico y performativo.
La Reina Njinga Mbandi, soberana del Reino Ndongo y Matamba es un personaje mítico de carácter fuerte e intempestivo, guerrera y adivina, que pertenece al imaginario colectivo. Junto a ella son convocados su padre Ngola Kiluanji, su hermano Ngola Mbandi, ambos de origen Mbundu, y su marido-aliado Kaza, de origen Imbangala.
Sin embargo, todo esto, el mito, no aparece representado por Teatro Griot, sino más bien evocado a través de un juego plástico y dancístico que promueve una conexión directa, pulsional, más festiva y poética que reverencial o mística.
En Que Aínda Alguém Nos Invente no hay una representación del mito ni de los personajes como seres heroicos, colocados en una posición de superioridad respecto al público.
En Que Aínda Alguém Nos Invente hay una presentación en la que la performance nunca niega a los actores y a la actriz. Ni los niega ni los camufla tras personajes de ficción, sino que ellos, los actores y la actriz, ejecutan un juego a través del cual aparecen esas otras presencias míticas, en forma de palabras, a partir de una coreografía determinada y el empleo de una caracterización que se realiza delante de nosotros, utilizando los objetos y las telas que se esparcen, en diferentes combinaciones, entre el caos primigenio y el orden.
Sobre suelo y fondo blancos, los tres actores y la actriz negros, Daniel Martinho, Gio Lourenço, Matamba Joaquim y Zia Soares, aparecen de debajo de un embrollo de mantas multicolores que semeja un animal prehistórico, o un bulto totémico.
De ese fardo, situado en la izquierda del proscenio, brotan los actores y comienza ahí una dispersión de objetos reciclados dispares.
El trazado coreográfico, diseñado por Vânia Gala, es de una hermosa sutileza y una eficacia coherente a esa proximidad terrena, sin alardes ni efectismos comerciales.
Los actores dibujan caminos sobre esos objetos diversos, en un juego de teatro concreto en el que van enunciando cada elemento: “Esto de aquí es una caja. ¿El qué? Una caja. Esto de aquí es un abrigo. ¿El qué? Un abrigo. Esto de aquí es un bidón. ¿El qué? Un bidón. Esto de aquí es un garrafón. ¿El qué? Un garrafón. Esto de aquí es una manta. ¿El qué? Una manta. Esto de aquí es una manguera. ¿El qué? Una manguera…
La acción verbal no solo describe los objetos que manipulan en ese trajín que se traen, sino que afirma su realidad de manera deíctica, anclándolos, así mismo, a una dimensión plástica y artística, por un mecanismo que funciona de una manera semejante al urinario que Duchamp tituló “La Fuente”. Un “readymade” o “objet trouvé”, sacado de su contexto y situado, en este caso, sobre el blanco escenario para ser manipulado y señalado como algo extra-ordinario.
Es encomiable porque lo extraordinario, de este modo, nace de lo más común y ordinario.
Lo extraordinario nace del pueblo.
El acto de nombrar los objetos en ese tránsito, a través del cual pueblan el escenario, también nos remite al acto naif y mágico de los bardos o poetas primigenios que iban dando nombres a los elementos y a los fenómenos con los que se encontraban.
Nombrar es narrar y narrar es hacer pie, es crearnos, inventarnos, colocarnos en el mundo a la vez que inventamos el mundo.
Mientras Daniel, Gio y Matamba transportan todos esos objetos reciclados, Zia nos mira comiendo una manzana roja.
Daniel, el mayor, se pone un pantalón azul de chándal en la cabeza, a la manera de un sombrero, se sienta en la silla y lee un libro rojo. “La casa y promesa de regreso a casa.”
El grupo camina, avanza, sobre sus pobres pertenencias.
Zia manipula el libro rojo mientras el actor más joven, Gio, reacciona físicamente, en el suelo, ejecutando los giros, lanzamientos y golpes que Zia realiza con el libro.
No hay pausas, las acciones escénicas se enlazan y, de repente, los actores componen, con las telas diversas que encuentran, una evocación fantasiosa del vestido de la Reina Njinga Mbandi.
La acción escénica tampoco es ficticia, sino el desarrollo del proceso real de componer y descomponer diferentes configuraciones espaciales y plásticas, que nunca son ilustrativas o explícitas, sino que resultan sugerentes y con un toque abstracto, siempre desde la pulsión vitalista y policroma.
Recuerdo, especialmente, la secuencia en la que componen figuras sobre el actor mayor, Daniel, transformando su apariencia al ponerle trapos multicolores, colocados como grandes vestidos, una linterna en la cabeza, una maraña de collares en un brazo, etc., hasta que tenemos la impresión de estar ante una figura arquetípica.
Escuchamos la frase “Resistir es un delirio.”, sin que la coreografía redunde, sino que ahonda en el concepto, a través de una marcha de tono militarizado, pero que, al mismo tiempo, es danza urbana y necesidad de dar el paso.
Matamba y Gio, con mantas y cartones, naranja y azul, delante de la cara, a modo de máscaras, se nos presentan, casi, como dos figuras pictóricas, dos brochazos de color que, después, entonan a coro: “Poco me importa quien habla.”
La palabra va pasando por las bocas, en diferentes momentos, por ejemplo, mientras Zia y Matamba fuman cigarros en el fondo, en el centro del proscenio, Daniel, caracterizado como figura arquetípica, y Gio, recitan a coro. La pareja que fumaba se besa y gira por el suelo sin que el beso se deshaga.
El proceso real de la acción escénica, de componer y descomponer, también se singulariza en las diversas manipulaciones de objetos y entre los propios actores a lo largo de toda la pieza.
Se produce, de esta manera, una amalgama des-jerarquizadora entre todos los elementos, animados e inanimados, que pueblan y configuran la escena.
La coreografía de Vânia Gala no solo estructura el movimiento de los actores y la actriz, espacializándolo de una manera plástica no exhibicionista, sino que también apuesta por la evocación de imágenes que puedan asociarse al mito. Por ejemplo, la caza, la guerra, el camuflaje, la marcha percutida sobre el suelo, sin avanzar, los pasos marcados en el sitio y la repartición de la palabra de una boca a otra. El estado de alerta, mientras marchan en el sitio, marcando los pasos marcialmente. “Los muertos tienen sed.” “Que es tiempo de cosecha.”
Incluso, el diálogo entre dos personajes puede habitar el cuerpo de un único actor. Por ejemplo, cuando Gio reproduce un diálogo con Njinga, solo girando el torso.
Sin abandonar el diálogo, Gio, va incorporando aderezos: enrolla una tela roja a la cintura y tiñe sus manos y rostro de una densa pintura verde, además porta un cartón verde en la mano.
Matamba lleva los antebrazos, el cuello y el pecho teñidos de azul y un pañuelo, también azul, en la cabeza, y porta un cartón azul en la mano.
Daniel lleva teñidas las mejillas de naranja y porta un cartón, también de color naranja.
El coro de los tres actores, Gio (verde), Matamba (azul) y Daniel (naranja), pide entrar a Njinga.
Zia, delante, golpea con los pies separados en el suelo y se agita. Coge el libro rojo y se va hacia el lado izquierdo del escenario, para leernos y hablarnos en la lengua kimbundo. La Reina Njinga pide regresar al vientre sereno de Kwanza-Mujer. “Acoge la presencia de este cuerpo caído, arrodillado en tus márgenes, clemente, memoria de luto y combate. […] Eres sentencia de tierra liberada, eres el polvo y el deseo de mando que me obliga al camino, herida vencida que persevera aún, vena que enjuta renace, desenfrenada. […] La noche cae y yo, Negra, me yergo.”
“A noite cai e eu, Negra, me ergo.” Son las últimas palabras que se pronuncian en kimbundo en Que Aínda Alguém Nos Invente.
Unas palabras que son pura música y puro sortilegio. Un poema vocal. Un parlamento exótico, misterioso, lejano, pero, a la vez, cercano y cálido. Unas palabras que vienen transportadas en un aire cálido y refulgente.
El linóleo blanco va llenándose de riegos de ropas y objetos de colores.
La lengua original, ancestral, el kimbundo, suena con una música cercana, humana e ininteligible a la vez, pero, como tal música, nos toca.
Hay misterio en las presencias, poseídas por las voces de una reina legendaria, por las ansias y contiendas que vienen de antiguo, pero que quizás hoy necesitan volver a parpadear.
Que Aínda Alguém Nos Invente es una celebración de la diversidad, un viaje a latitudes ignotas, una fantasía concreta que posee la contundencia de los cuerpos en danza.
Thursday, October 26, 2017
Sonia Boyce/Thoughtful Disobedience
Out now... Sonia Boyce/Thoughtful Disobedience. ISBN 9782840669418 published by les presses du reel Collection Villa Arson.
http://www.lespressesdureel.com/EN/ouvrage.php…
http://www.lespressesdureel.com/EN/ouvrage.php…
Monday, October 23, 2017

A Vânia Gala
“Vânia Gala começou a dançar aos 5 anos de idade. Hoje é coreógrafa, professora e investigadora de dança na Universidade de Kingston, em Londres.”
A Alice Marcelino fala-nos da Vânia Gala na Revista Gerador de Setembro. Agora, publicamos algumas das palavras que trocaram, aqui mesmo ;-)
Podes contar-nos mais sobre ti como artista e a tua relação com a dança?
Muitas vezes eu digo que sou artista antes de ser coreógrafa ou dançarina. Primeiro, estudei com pessoas da Igreja de Judson, que está ligado ao Black Mountain College, onde a distinção entre diferentes métodos era inexistente (nem parecia útil). Então, talvez mais do que uma paixão, eu vejo um artista de dança como uma forma de estar no mundo, de fazer perguntas, de estar incorporado no mundo, de dar relevância à imaterialidade do mundo, de vê-lo a partir desta perspectiva.
Fazer, fabricar, construir dança(s), para além de envolver uma prática do corpo regular, são também uma forma de estar e como tal uma forma de pensar. Coreografar não é só inventar novas constelaçōes, formas de estar em grupo no tempo e no espaço. Isto significa para mim uma diversidade de práticas não restritas ao espaço de ensaio ou ao proscénio. Implica toda uma série de actividades: ensinar no contexto académico e fora dele, colaborações com artistas ou mesmo teóricos de outras áreas, conversas com vizinhos, cozinhar jantares com artistas e colegas, comunicações no contexto académico nos mais variados formatos, escrever e documentar processos.
Além de dança também estudaste Economia e tens interesse em assuntos ligados a Filosofia. Fala-nos dessa relação e como se reflecte no teu trabalho.
As divisões disciplinares raramente me inspiraram e terão sido poucas as vezes que deram lugar ou produziram algo de relevância no meu percurso artístico. Nem sempre de forma óbvia ou teórica mas diria que a Les Ballets C de La B ou Sonia Boyce partilham algumas inquietaçōes relacionadas com algumas dessas áreas. Penso mesmo que muito do que se passa hoje a nível de investigação nos departamentos de Artes onde as “práticas” passaram a ser integradas nos departamentos já existia de forma informal numa cidade como Coimbra (na AAC e no TAGV) mas não de uma forma institucional.
Esta ligação entre práticas e teorias foi desde sempre um abrir espaço para especulações, extremos e todo o tipo de deambulações sem as quais o pensamento crítico e criação artística não existem. Não é então uma surpresa que no meu doutoramento estas disciplinas estejam presentes. A minha pesquisa é pois de natureza transdisciplinar. Este aspecto intensificou-se à medida que novas ligações entre actividades ou iniciativas que fui propondo se desenvolveram.
Viveste e estudaste em diversos países. Qual foi o impacto desses teus bichos carpinteiros na tua carreira?
Talvez o efeito mais notável de desenvolver um percurso artístico em diversos países seja notar a semelhança dos problemas que as comunidades artísticas no geral enfrentam. Ou os espaços de exclusão que algumas comunidades enfrentam. Para mim é também uma forma de saber quem sou como artista no confronto com mundos e visões diferentes ou mesmo antagónicos.
Qual a importância da colaboração artística na tua carreira?
Antes de mais a dança e a coreografia são na minha opinião formas artísticas marcadamente colaborativas. Eu vejo o processo coreográfico como uma série de metodologias, arranjos, modos intrinsecamente cooperativos. O aspecto colaborativo está profundamente enraizado na forma como os scores (ou instruções), as tarefas são trocados, aprendidos e viajam de corpo a corpo em dança. Esta é talvez uma das características que a distinguem da tradição da performance no discurso historiográfico das artes plásticas.
No entanto, a ideia do colectivo sem fracturas idealmente e platonicamente unificado só existe num plano abstracto ideal. Claro que quando trabalhamos em grupo há clivagens, interrupções. No fazer do “nós” há retiradas, passos para trás e mesmo contratempos ou retrocessos. Movimentos inesperados, diferentes velocidades, tudo isto faz parte do processo coreográfico de natureza colaborativa.
Se pudesses estalar os dedos e materializar um desejo vindo de Portugal, qual seria?
Estalar as articulaçōes é uma prática comum entre os bailarinos por vezes apelidada de perigosa e outras vezes aconselhada como forma de abrir espaço nas articulaçōes e no corpo. Gosto desta ideia de abrir espaço interior, de corporalidade, das mais variadas incorporaçōes possíveis e imagináveis e, porque não, mesmo espaço exterior. E aqui estou a especular sobre as possibilidades que as artes performativas têm em engajar e experimentar outras formas de sociabilidade tão necessárias hoje quando o espaço social e público desaparece.
Daí que, de momento, se estalasse os meus dedos, gostaria de ser parte de projectos que poderiam de alguma forma ser sítios que avançam espaços de futuro em particular para Portugal. Projectos em colaboração com estruturas que, de alguma forma, tocassem alguns aspectos a que me referi anteriormente. Um dedo não estala sozinho, no mínimo são dois para o estalo ocorrer.
A Alice Marcelino fala-nos da Vânia Gala na Revista Gerador de Setembro. Agora, publicamos algumas das palavras que trocaram, aqui mesmo ;-)
Podes contar-nos mais sobre ti como artista e a tua relação com a dança?
Muitas vezes eu digo que sou artista antes de ser coreógrafa ou dançarina. Primeiro, estudei com pessoas da Igreja de Judson, que está ligado ao Black Mountain College, onde a distinção entre diferentes métodos era inexistente (nem parecia útil). Então, talvez mais do que uma paixão, eu vejo um artista de dança como uma forma de estar no mundo, de fazer perguntas, de estar incorporado no mundo, de dar relevância à imaterialidade do mundo, de vê-lo a partir desta perspectiva.
Fazer, fabricar, construir dança(s), para além de envolver uma prática do corpo regular, são também uma forma de estar e como tal uma forma de pensar. Coreografar não é só inventar novas constelaçōes, formas de estar em grupo no tempo e no espaço. Isto significa para mim uma diversidade de práticas não restritas ao espaço de ensaio ou ao proscénio. Implica toda uma série de actividades: ensinar no contexto académico e fora dele, colaborações com artistas ou mesmo teóricos de outras áreas, conversas com vizinhos, cozinhar jantares com artistas e colegas, comunicações no contexto académico nos mais variados formatos, escrever e documentar processos.
Além de dança também estudaste Economia e tens interesse em assuntos ligados a Filosofia. Fala-nos dessa relação e como se reflecte no teu trabalho.
As divisões disciplinares raramente me inspiraram e terão sido poucas as vezes que deram lugar ou produziram algo de relevância no meu percurso artístico. Nem sempre de forma óbvia ou teórica mas diria que a Les Ballets C de La B ou Sonia Boyce partilham algumas inquietaçōes relacionadas com algumas dessas áreas. Penso mesmo que muito do que se passa hoje a nível de investigação nos departamentos de Artes onde as “práticas” passaram a ser integradas nos departamentos já existia de forma informal numa cidade como Coimbra (na AAC e no TAGV) mas não de uma forma institucional.
Esta ligação entre práticas e teorias foi desde sempre um abrir espaço para especulações, extremos e todo o tipo de deambulações sem as quais o pensamento crítico e criação artística não existem. Não é então uma surpresa que no meu doutoramento estas disciplinas estejam presentes. A minha pesquisa é pois de natureza transdisciplinar. Este aspecto intensificou-se à medida que novas ligações entre actividades ou iniciativas que fui propondo se desenvolveram.
Viveste e estudaste em diversos países. Qual foi o impacto desses teus bichos carpinteiros na tua carreira?
Talvez o efeito mais notável de desenvolver um percurso artístico em diversos países seja notar a semelhança dos problemas que as comunidades artísticas no geral enfrentam. Ou os espaços de exclusão que algumas comunidades enfrentam. Para mim é também uma forma de saber quem sou como artista no confronto com mundos e visões diferentes ou mesmo antagónicos.
Qual a importância da colaboração artística na tua carreira?
Antes de mais a dança e a coreografia são na minha opinião formas artísticas marcadamente colaborativas. Eu vejo o processo coreográfico como uma série de metodologias, arranjos, modos intrinsecamente cooperativos. O aspecto colaborativo está profundamente enraizado na forma como os scores (ou instruções), as tarefas são trocados, aprendidos e viajam de corpo a corpo em dança. Esta é talvez uma das características que a distinguem da tradição da performance no discurso historiográfico das artes plásticas.
No entanto, a ideia do colectivo sem fracturas idealmente e platonicamente unificado só existe num plano abstracto ideal. Claro que quando trabalhamos em grupo há clivagens, interrupções. No fazer do “nós” há retiradas, passos para trás e mesmo contratempos ou retrocessos. Movimentos inesperados, diferentes velocidades, tudo isto faz parte do processo coreográfico de natureza colaborativa.
Se pudesses estalar os dedos e materializar um desejo vindo de Portugal, qual seria?
Estalar as articulaçōes é uma prática comum entre os bailarinos por vezes apelidada de perigosa e outras vezes aconselhada como forma de abrir espaço nas articulaçōes e no corpo. Gosto desta ideia de abrir espaço interior, de corporalidade, das mais variadas incorporaçōes possíveis e imagináveis e, porque não, mesmo espaço exterior. E aqui estou a especular sobre as possibilidades que as artes performativas têm em engajar e experimentar outras formas de sociabilidade tão necessárias hoje quando o espaço social e público desaparece.
Daí que, de momento, se estalasse os meus dedos, gostaria de ser parte de projectos que poderiam de alguma forma ser sítios que avançam espaços de futuro em particular para Portugal. Projectos em colaboração com estruturas que, de alguma forma, tocassem alguns aspectos a que me referi anteriormente. Um dedo não estala sozinho, no mínimo são dois para o estalo ocorrer.
Entrevista por Alice Marcelino, a nossa autoridade local em Londres.
A Autoridade Local é uma rubrica da Revista Gerador onde vamos à procura daquilo que de melhor se faz na cultura portuguesa. Mas quem somos nós para o dizer? Pedimos, por isso, ajuda àqueles que sabem mesmo da região onde vivem.
Ilustração de ARITA.
Pede já a tua Revista Gerador de setembro, aqui.
http://gerador.eu/a-vania-gala/
Tuesday, October 17, 2017
Coming Up:
TRANS-IN-CORPORADOS: CONSTRUINDO REDES PARA A INTERNACIONALIZAÇÃO DA PESQUISA EM DANÇA
Trans-In-Corporados: Building Networks for International Dance Research
The Laboratório de Critica of the Federal University of Rio de Janeiro (LabCrítica-UFRJ), in partnership with the Panorama Festival and Museu de Arte do Rio (MAR), invite scholars and artists to the seminar Tran-In-Corporados: Building Networks for International Dance Research which will take place at the MAR on November 10th and 11th, 2017. The seminar wants to bring together recent research on dance and its interfaces for reflection about translation, remixing and dissemination processes and politics. It will include working groups, debates, conferences, publications and exhibitions of artistic experiments in MAR and other spaces in the port region of Rio de Janeiro.
http://labcritica.com.br/trans-in-corporados2017/
TRANS-IN-CORPORADOS: CONSTRUINDO REDES PARA A INTERNACIONALIZAÇÃO DA PESQUISA EM DANÇA
Trans-In-Corporados: Building Networks for International Dance Research
The Laboratório de Critica of the Federal University of Rio de Janeiro (LabCrítica-UFRJ), in partnership with the Panorama Festival and Museu de Arte do Rio (MAR), invite scholars and artists to the seminar Tran-In-Corporados: Building Networks for International Dance Research which will take place at the MAR on November 10th and 11th, 2017. The seminar wants to bring together recent research on dance and its interfaces for reflection about translation, remixing and dissemination processes and politics. It will include working groups, debates, conferences, publications and exhibitions of artistic experiments in MAR and other spaces in the port region of Rio de Janeiro.
PRIMEIRO DIA :: 10 DE NOVEMBRO
09h00 às 13h00
Pilotis
Credenciamento
09h30
Pilotis
Água dura | Coletivo Rua das Vadias (Recife, Brasil)
Foyer
Habeas corpus - mulher nos cantos do MAR | Coletivo em Silêncio (Rio de Janeiro, Brasil)
10h00 às 12h00
Auditório
Abertura | Bem-vindxs ao Trans-In-Corporados
Sérgio Andrade (Coordenador do LabCrítica – UFRJ), Ângela Brêtas (Diretora da EEFD – UFRJ), Nayse López (Diretora do Festival Panorama) e Janaína Melo (Gerente de Educação do Museu de Arte do Rio)
Mesa de abertura | Memória, temporalidade e resistência
Palestras (português e espanhol):
Fi(n)ca no corpo. Permanecidade. Refletir sobre memórias e resistências, com a Profa. Dra. Ivani Santana (PPGAC – UFBA, Brasil); e Desaparición, danza, insistencia: variaciones de la cueca sola, com o Prof. Dr. Cesar Barros (State University of New York, EUA)
Mediação:
Profa. Dra. Isabela Buarque (PPGDan – UFRJ)
12h00 às 12h45
Foyer
com - estados das coisas | Cínthia Mendonça (Serrinha, Brasil)
Beira: instabilidade precária | Gabriela Cordovez e Nicole Gomes (Bogotá, Colômbia/ Rio de Janeiro, Brasil)
Pavilhão de Exposições do MAR
Outros modos de ver | Tiago Cadete (Rio de Janeiro, Brasil)
Mycobacterium | Victor Oliveira (Rio de Janeiro, Brasil)
Região Portuária
Bonde | Beatriz Galhardo, Eleonora Artysenk, Karoll Silva, Marjory Leonardo e Thiago de Souza (Rio de Janeiro, Brasil)
Reentrâncias | GP Poéticas Tecnológicas: corpoaudiovisual (Salvador, Brasil) com colaboração do Núcleo de Pesquisa, Estudos e Encontros em Dança (Rio de Janeiro, Brasil)
12h45 às 13h45
Almoço
13h45
Pilotis
Aráyé | Ivy Brum (Rio de Janeiro)
14h00 às 15h30
Apresentação de pesquisas em cinco sessões simultâneas de painéis e open spaces na Escola do Olhar – MAR
2º e 3º andar
Painel 1 | Memória, inscrição e coletivo
Comunicações (português):
Corpografias em dança: relatos de uma cidade experimentada| Dra. Graziela Andrade – professora de Dança da UFMG e
Me. Ester França Monteiro – pesquisadora de Belo Horizonte (Brasil) | Solo-collective: solo-devised dance beyond the
singular, Alexandra Gonçalves Dias – PhD Candidate in Dance, University of Roehampton (Reino Unido) | Para Uma
Timeline a Haver – Genealogias da Dança Enquanto Prática Artística em Portugal, Ana Bigode Vieira – pós-doutoranda
da Universidade de Lisboa e João dos Santos Martins – artista pesquisador (Portugal)
Mediação:
Profa. Dra. Lenira Peral Rengel (PPGDança – UFBA)
--
Painel 2 | Corporificação, contaminações e processos de criação
Comunicações (português):
Uma (in)certa experiência estética: dança balinesa, embodyment e sensações, Dra. Patrícia Caetano – professora do curso
de Dança e do PPGArtes da UFC (Brasil) | Lygia Clark movendo Lia Rodrigues: influências e contaminações,
Adriana Pavlova – doutoranda em Literatura, Cultura e Contemporaneidade da PUC-Rio (Brasil) | Zoe, Dra. Francine
Barros Pontes – professora do curso de Dança da UFPE (Brasil)
Mediação:
Profa. Dra. Lara Seidler (PPGDan – UFRJ)
--
Painel 3 | Política e modos de fazer
Comunicações (português e espanhol):
De la politización de la danza a la dancificación de la política, Dra. Lucía Naser Rocha – professora de Dança da
Universidade da República do Uruguai (Uruguai) | Dançando como artista-etc, Claudia Müller – Professora de Dança da
UFU/ doutoranda em Artes da UERJ (Brasil) | Acervo de dança: espaço corpo dança: local de constantes e potentes
movimentos, Paula Cristina Mori Coelho – gestora cultural da cidade do Rio de Janeiro (Brasil)
Mediação:
Profa. Dra. Mariana Trotta (PPGDan – UFRJ)
--
Painel 4 | Fetichismo, trabalho e resistência
Comunicações (inglês e português):
Choreographing value, Dra. Hetty Blades – research fellow do C-DaRE, Coventry University (Reino Unido) | Mothership,
Anna Kolfinna Kuran – artista de Reykjavik (Islândia) | Critical possibilities – critical absences: devices, machines,
personas and other hybrid associations, Vânia Gala – PhD Candidate in Kingston University (Reino Unido)
Prof. Dr. Thereza Rocha (Dança – UFC)
http://labcritica.com.br/trans-in-corporados2017/
Thursday, October 12, 2017
Estancias Coreográficas 2017 AFONSO BECERRA 13 AGOSTO 2017
Acabo de pasar una semana en Oviéu, Asturies, encerrado en el Teatro Campoamor, acompañando, desde el análisis del ritmo en la dramaturgia de la danza, las Estancias Coreográficas 2017 (EC2017).
Las EC son un encuentro, que en 2017 llega a su cuarta edición, en el que coreógrafas/os, bailarinas/es, investigadoras/es y artistas, relacionados con un determinado ámbito de estudio, se reúnen para indagar en algún aspecto particular de la danza contemporánea.
La idea de estas jornadas, que este año han abarcado desde el 31 de julio hasta el 15 de agosto de 2017, surgió del coreógrafo asturiano Yoshua Cienfuegos, al que se ha sumado, en la dirección, la también coreógrafa e investigadora asturiana Lucía Piquero. Ambos cuentan con una importante trayectoria artística y pedagógica fuera de su tierra natal, a la que vuelven, cada verano, con este regalo de las EC.
Este año el tema, alrededor del cual han girado las experiencias prácticas del trabajo dancístico y las experiencias teóricas de su análisis y estudio, ha sido el ritmo.
El ritmo en la dramaturgia es mi trabajo de investigación desde hace mucho tiempo, esa ha sido la razón por la que me han llamado para participar, además, supongo, de los numerosos artículos que he publicado sobre danza contemporánea.
EC2017 ha reunido a participantes de diversas procedencias (España, Polonia, Argentina, Portugal, Méjico, Malta, Italia, Costa Rica, Israel, Alemania…) con Oviedo como punto de encuentro. En total, un equipo de 9 coreógrafas/os, 55 bailarinas/es, 10 investigadoras/es, 3 compositores, 2 artistas plásticos, 1 documentalista y 7 espacios, además de un taller de formación abierto a jóvenes bailarinas/es.
EC2017 se centra en el desarrollo de herramientas coreográficas a través del uso del ritmo en la coreografía. La investigación parte así de una búsqueda de vocabulario, con énfasis en la calidad y la cualidad, para luego desarrollar este vocabulario en el ritmo.
EC2017 ha estado subvencionado por el Ayuntamiento de Oviedo y la Universidad de Malta y cuenta con el apoyo de la Universidad de Roehampton de Londres y el Suzanne Dellal Dance Centre de Tel Aviv.
Paralelamente al proceso, el lunes 7 de agosto en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, se celebró un Simposio Internacional dentro del proyecto EC2107, con presentaciones teóricas y prácticas, mesa redonda con coreógrafos/as y discusión abierta, en el tema del concepto de ritmo aplicado a la danza.
La ponente principal fue la Catedrática Dra. Stephanie Jordan, de la Universidad de Roehampton, Londres (Reino Unido), que expuso un análisis de diversas piezas coreográficas en las que el concepto de ritmo se vincula, sobre todo, a la métrica y a la organización del tiempo y del movimiento. Su estudio se centra, principalmente, en las relaciones coreomusicales, entre la danza y la música, desde una perspectiva claramente occidental.
Stephanie Jordan observa cómo los detalles de la música y de la danza no siguen los mismos patrones temporales y cómo, en muchas ocasiones, se da un contrapunto complejo entre ambas.
Para la doctora Jordan, las repeticiones y los cambios constituyen los puntos de referencia rítmica por antonomasia.
También habló de cómo las bases rítmicas producen movimiento y pueden ser un estímulo para la danza y el teatro.
El ritmo vendría a ser, pues, el punto de encuentro en una creación.
Y, ciertamente, una de las constataciones que yo he podido hacer, durante la semana de trabajo en la que participé, es que el ritmo de bailarinas/es, de diferentes procedencias, y coreógrafas/os, con diversos estilos dentro del contemporáneo, en los que abunda una base neoclásica, se establece un diálogo en el que, por debajo del movimiento y de sus formas, circulan ritmos diferentes que buscan concordar de diferentes maneras.
Los fragmentos de piezas analizadas por Stephanie Jordan parten de los conceptos de Balanchine, que era capaz, según Jordan, de clarificar y hacer ver la métrica a través de la danza, porque nunca abandonaba el pulso. Para Balanchine la melodía no era lo importante, sino la división del tiempo, que para él era el ritmo propiamente dicho.
Entre las piezas ejemplificadas está Shimmer (2004), de Richard Alston, para explicar el ritmo de respiración y el sentido que le aporta al movimiento dancístico del dúo, mientras suena la Sonatine de Ravel. La respiración del movimiento de la bailarina y del bailarín corre a un tempo diferente del de la música, pero la sensación de clausura llega al mismo tiempo, aunque la respiración del movimiento haya sido diferente en el desarrollo.
El ritmo de la respiración no es tan preciso como el ritmo motórico del movimiento.
Otros ejemplos utilizados fueron V (2001), de Mark Morris, la secuencia con el Piano Quintet de Robert Schumann, en la que el elenco marca las partes suaves y átonas de la música, generando un curioso efecto sincopado en la danza.
Uno de los últimos ejemplos fue Multiverse (2016), de Wayne McGregor, en el que se puede apreciar una libertad de las relaciones rítmicas y donde, según Jordan, el significado y la emoción vuelven a ser una preocupación, como constata la introducción de frases gestuales de un sacerdote pentecostal que rematan en un “Alelulla”.
Todos los ejemplos se aproximan a un estilo neoclásico, excepto el Both Sitting Duet (2002) de Jonathan Burrows y Matteo Fargion, que realizan frases gestuales con brazos, tronco y cabeza, sentados en sus sillas. En este caso, diríase que el movimiento de ambos establece un diálogo sumamente ritmado, en un juego de combinatorias.
Stephanie Jordan señalaba que en la danza posmoderna la conversación rítmica entre música y movimiento era nula. Yo le pregunté si no pensaba que, quizás, se trataba de otro tipo de concepción del ritmo, menos ligada a la métrica neoclásica. Ella expuso, entonces, que la aparición de tareas y actividades sobre el escenario producen formas de atención variadas al ritmo, que puede haber conciencia sobre el desarrollo o solo atención al momento presente. También señaló que el ritmo, en esos casos, tiene que ver con la duración de una actividad o trabajo, que puede cambiar de una función a otra.
En la Mesa 1 de aproximaciones teóricas participamos el compositor madrileño Jonás Bisquert, profesor de música en Holanda; la doctora Carmén Giménez Morte, catedrática de danza en el Conservatorio Superior de Danza de Valencia; y yo mismo.
Jonás Bisquert hizo una exposición interactiva muy animada, en la que recogía aportaciones, que había observado en la primera semana de EC, de algunos de los bailarines de distintas procedencias rítmicas y culturales. Según Bisquert, cómo percibimos una sucesión de pulsos, depende de la cultura, y tendemos, según la cultura, a agruparlos de maneras diferentes. Para ello pidió una ejemplificación de la danza y los ritmos karnáticos de la India al bailarín Moritz Z., frente a la distribución de pulsos en el flamenco, para el que sirvió la ejemplificación de palmas de la bailarina y el bailarín de español, Sara C. y Jesús P.
Además proyectó fotografías de diferentes edificios y diseños gráficos, fotos del hotel en el que nos albergábamos, de la catedral de Oviéu, etc. en donde podíamos apreciar el ritmo visual ligado al concepto de distribución de los elementos compositivos.
Cito el resumen de su exposición:
“Una presentación sobre el ritmo en su sentido más esencial: distribución de eventos en el tiempo. Es una aproximación a través de herramientas musicales, pero se relaciona con todos los acontecimientos vitales y expresiones artísticas que tienen lugar en el tiempo. Primero, el concepto de ciclo, experimentado en dimensiones variadas: desde dentro de una pieza artística, hasta el día y la noche, el año, la vida. Segundo, el concepto de pulso, unidad de tiempo que experimentamos inmediatamente de forma física y corporal, más o menos estable y predecible. Tercero, la subdivisión de ese pulso, técnicamente llamada “subdivisión” a secas, pero según qué estilo, “compás”, “swing”, etc. La relación entre estas tres variables del ritmo es una dinámica universal, y las finas líneas que a veces las separan son de lo más interesante.”
La doctora Carmen Giménez Morte nos expuso la metodología que ella emplea en la asignatura de Análisis y práctica de repertorio. Las búsquedas que emprende con su alumnado para realizar análisis y codificaciones que se adapten e indaguen en la naturaleza de cada pieza del repertorio, así como en su actualización según el contexto actual y las necesidades del alumnado.
Giménez Morte demostró que la metodología que utiliza contribuye a generar un pensamiento crítico y práctico en torno a la danza.
Nos habló de la importancia de la sensación perceptiva personal según el orden de los elementos en la escenificación. La importancia de reflexionar sobre cómo construir un estilo de autor/a y sobre el concepto de autoría en danza contemporánea.
También puso sobre la mesa la idea de pieza coreográfica acabada, como un producto sujeto a las restricciones del mercado, y cómo la improvisación desencaja esa idea de producto e incluso de coreografía.
Apuntó que la idea de coreografía como repetición es algo obsoleto y que lo más óptimo es la variación, incidiendo en la importancia de pasar las coreografías por el cuerpo de hoy en día.
También hizo hincapié en la necesidad de analizar de dónde nace el movimiento y qué palabras utilizamos para codificarlo. Anotar en el tiempo lo que va sucediendo... hasta generar una partitura de movimientos que se pueda leer.
Cito el resumen de su exposición:
“La idea de que la relación entre los elementos de la puesta en escena de una pieza de danza, independientemente de la cualidad del movimiento o la técnica de danza empleada, pudiera ser la clave para comprender su dinámica estructural, ha derivado en un triple sistema de análisis y práctica del repertorio de danza. La primera práctica se inicia con la propuesta de un sistema gráfico de representación de la ordenación de la obra, de su actualización, que establece los ritmos entre esos elementos – bailarines, música, vestuario, escenografía, iluminación... – y determina la pertenencia a un estilo concreto, incluso a una época histórica. Este aparente crecimiento rizomático de cada ingrediente se articula en un inventario que, a la vez, ordena la propuesta creativa en diferentes escenas y cuadros que están en consonancia y coherencia con el ritmo de la totalidad de la propuesta creativa.
Por otro lado, el uso del espacio escénico, los recorridos de los bailarines y su disposición, junto con la ampliación o uso del tiempo, apoyan la decisión de enmarcar la actualización de la obra en un estilo y época determinados. De este modo, la ordenación de los elementos, su equilibrio, es fundamental para establecer su composición rítmica. Un tercer aspecto es el análisis del movimiento para el que se emplea el software E-lan, que ya se ha evaluado en anteriores investigaciones como una herramienta eficaz para el análisis de repertorio que ha liquidado las fronteras entre la teoría y la práctica de la danza, ha aumentado la comprensión estética e interpretativa de la obra de danza, el conocimiento de su estructura compositiva, y el aprendizaje de los movimientos para su posterior interpretación práctica.”
Por mi parte, la exposición se abrió hacia la dramaturgia en la danza y el ritmo en la misma.
Mi resumen de la ponencia “El ritmo en la dramaturgia de la danza”, es el siguiente:
“En primer lugar es necesario definir estos dos conceptos de tan amplio espectro y difusos límites. Dramaturgia es el trabajo con las acciones para un espectáculo, para generar una partitura de acciones diversas (coreográficas, gestuales, sonoras, verbales, escenográficas, lumínicas, objetuales) que resulte coherente y tenga sentido. El ritmo, por su parte, es el grado de tensión, atracción, atención, que depende de la naturaleza de los propios elementos compositivos y, sobre todo, de la relación que se establece entre ellos.
Mi propuesta consiste, básicamente, en estudiar los mecanismos que producen ritmo, adecuado al sentido, en una dramaturgia (partitura de acciones para un espectáculo).
La posibilidad de realizar un análisis rítmico desde esos mecanismos es de gran utilidad para hacer conscientes las tensiones rítmicas que confieren un sentido único a la creación. Esto nos permite ahondar en el conocimiento de nuestras obras artísticas y en su eficacia respecto a la recepción de las mismas.”
En mi exposición enumeré y expliqué los principales mecanismos de relación de acciones diversas que generan ritmo: repetición; variación; diferencia, presentación-aparición, imprevisto, efecto sorpresa; acumulación; oposición, contraste y simetría. Y, para cada uno de estos mecanismos, utilicé ejemplos prácticos: la obra total de Robert Wilson y su “teatro visual”, o Rosas Danst Rosas (1983) de Anne Teresa De Keersmaeker (repetición y variación); Orgy of Tolerance (2009) de Jan Fabre y Booty Looting (2012) de Wim Vandekeybus (diferencia, imprevisto, efecto sorpresa); Tragédie (2013) de Olivier Dubois y Tauberbach (2014) de Alain Platel (acumulación); Masurca Fogo (1998) de Pina Bausch (oposición y contraste); etc.
En la Mesa redonda de las/os coreógrafas/os, dentro del Simposio, Yoshua Cienfuegos expuso cómo el ritmo es un rasgo de identidad de los materiales y cómo, en la composición, forma parte de la escucha del conjunto y se vincula con la intención.
También hubo quien comentó cómo el contraste entre la música y las bailarinas y bailarines puede dar las pautas para avanzar.
Por supuesto, alguien refirió el papel del subconsciente para poder crear esa tensión del ritmo.
Y quien puntualizó que el ritmo es más una herramienta que un fin.
Oded Ronen, de Israel, apuntó que el ritmo está en el pecho, donde se sitúan la emociones y las “partes rotas” y que le interesaba trabajar desde esa zona encuadrada entre la cintura y las clavículas.
Además, Vania Gala, oriunda de Coimbra, pero que lleva muchos años trabajando en Londres, apuntó el trabajo con las constelaciones para romper las jerarquías típicas de la danza clásica e integrar objetos y personas. Aparecer y desaparecer con los objetos y cómo los elementos del espacio no solo envuelven sino que generan danza.
Lucía Piquero afirmó que su propia percepción del material es la que ordena y que, más que contar, ella prefiere jugar con la música.
Fernando Trujillo, resaltó que la música es un elemento que aporta textura y que puede encajar al final de la composición coreográfica, puede ser una de las últimas capas.
La última Mesa del Simposio, titulada “Teoría y Práctica” contó con tres exposiciones: Helen Kindred y Benjamin Dwyer, de la Middlesex University de Londres, titulada “Knowing Unknowing Through Improvised Music and Dance”; María Rodríguez González, bailarina y profesora de danza en Asturies, titulada “El Ritmo y la Naturaleza. La Biología en la Danza Educativa”; y Lucía Piquero Álvarez, profesora en la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de Malta, titulada “La Expresividad Emocional como un Acto de Equilibrio (Virtual): una propuesta de una aproximación analítica a la danza desde la interacción de las artes visuales y la filosofía.”
Helen Kindred y Benjamin Dwyer, de la Middlesex University de Londres, en “Knowing Unknowing Through Improvised Music and Dance” disertaron sobre la improvisación libre, en busca de gestos que estén fuera de los hábitos y los clichés. En busca del hueco en el que se suspende toda referencia, intentando evitar patrones, aunque esto resulte una utopía. La dificultad de liberarse de estructuras incrustadas.
Todo ello desde la consciencia y la aceptación de que hay en nosotras/os estructuras preexistentes y de que la improvisación libre está conectada con el pasado.
Su trabajo práctico consistió en una improvisación libre de Helen, como bailarina, Benjamin, como músico, y el cámara. Para ello utilizaron estrategias de déficit visual, vendándose los ojos, en busca de una “desfamiliarización” y de una mayor disponibilidad sensorial.
Vendar los ojos, prescindiendo del sentido de la vista, eleva otras percepciones sensoriales, tales como la escucha y el tacto. Amplificar otros sentidos permite conectar mejor con un espacio interior que, a su vez, favorece estar más receptivas/os con el espacio exterior.
Las estrategias de “desfamiliarización”, con el déficit visual, la introducción de textos poéticos y filosóficos, permite ampliar nuevas estructuras.
Curiosamente, mi recepción del resultado, que nos mostraron en vídeo, fue muy próxima y familiar, sin que el movimiento de Helen o la música de Benjamin generasen extrañeza o sorpresa. En la reflexión sobre esta cuestión hubo quien señaló que, quizás, al desprenderse de estructuras incrustadas, hay una reconexión con un tipo de movimiento y de sonido más enraizado en lo básico de lo humano y que, de ahí la sensación de familiaridad y proximidad. Algo así como en una vuelta a un movimiento y un sonido más primitivos.
María Rodríguez González, bailarina y profesora de danza en Asturies, en “El Ritmo y la Naturaleza. La Biología en la Danza Educativa” nos expuso cómo el ritmo es algo que se vivencia en el día a día de las personas, en su quehacer cotidiano y cómo puede ser una alternancia, no necesariamente asociado a una estructura regular ni constante.
Nos recordó la diferencia entre ritmo y métrica, según Jaques-Dalcroze. La métrica relacionada con lo intelectual y con la reflexión, frente al ritmo, relacionado con la intuición.
También se detuvo en la relación antropológica entre música y danza y en cómo la danza nació como una explicación de las fuerzas naturales y sobrenaturales, así como una transmisión de costumbres y creencias.
Citó el trabajo de la profesora Marta Schinca y de su rítmica corporal. Un movimiento tiene una duración, una intensidad (antagonismo muscular), una forma de proyección (directa, indirecta, recta, curva…) y una calidad (visualización de una sonoridad).
Pero, sobre todo, la exposición de Rodríguez González, consistió en mostrarnos imágenes de cómo el ritmo aparece en diversos elementos de la naturaleza, caracolas, espirales de helechos, cristales de hielo, etc. y cómo esas percepciones rítmicas también aparecen en los movimientos de la danza.
Además, se centró en la importancia de trabajar estos elementos rítmicos, de inspiración natural y biológica, en la danza para personas con diversas capacidades y edades, más allá de la danza con profesionales.
Lucía Piquero Álvarez, profesora en la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad de Malta, en “La Expresividad Emocional como un Acto de Equilibrio (Virtual): una propuesta de una aproximación analítica a la danza desde la interacción de las artes visuales y la filosofía.”, comenzó distinguiendo a aquellas/os coreógrafas/os conceptuales que están contra la idea de que la danza es expresión corporal. Sin embargo, no todo lo que es emocional está producido desde la emocionalidad personal del artista.
El análisis de calidades de movimiento, el ritmo espacial, que se crea por el uso en relación y dirección, para dar una forma. El análisis de cómo el diseño del movimiento afecta al ritmo espacial y el estudio de las formas espaciales particularizadas en movimiento.
Piquero ha estudiado los trazos formales de la apariencia externa del movimiento en el espacio, como un halo que la bailarina o el bailarín van dejando en el espacio mientras se mueven.
Para demostrarlo utilizó una foto por segundo, de una secuencia de la coreografía Ondas do mar (2010) de James O’Hara y Sidi Larbi Cherkaoui, sobre la que fue dibujando las “líneas de tensión”, la localización de los puntos de los que parte la “dirección de empuje”, la “línea de la mirada”, que indica su dirección, y los círculos sobre los “puntos de focalización o atención” para quien mira. Estos esquemas de líneas, en diferentes colores, sobre la imagen fotográfica, ponía de relieve una asombrosa coherencia de la composición y desarrollo del movimiento, como si alguien hubiese diseñado, con precisión, su forma en cada momento del desarrollo.
La tesis doctoral que Lucía Piquero está realizando sobre la emoción que se desprende de la danza parte de piezas que a ella le han tocado y de los análisis que, a ese respecto, ha hecho la crítica.
En declaraciones a Yolanda Vázquez, para una entrevista, que se puede leer en el diario La Voz de Asturias del 11/08/2017, Lucía Piquero lo explica así:
“[...] Mi trabajo está centrado en ver la danza no solo como material expresivo que se contempla, que sin duda alguna es lo que es, sino como materia de la que se puedan extraer nuevos modos y maneras de entender lo bailado cuando interactúa con las artes visuales, por ejemplo, mientras se van extrayendo otros parámetros de percepción e interpretación, como los emocionales. [...] intento hacer una comparativa de piezas ya coreografiadas y sobre las que especialistas y críticos ya han escrito, y tomar eso como uno de los lados de la comparación, mientras que el otro lo aporto yo, trazando y anotando líneas de contraste, tensión, fuerza y ritmo, y con todos ellos ver qué variables emotivas arroja y cómo son. Y luego intentar definirlas.”
Una de las virtudes de EC, desde mi punto de vista, es el esfuerzo por intentar objetivar y generar un pensamiento sobre la danza, que contribuya a ahondar en su conocimiento pleno y en su desarrollo. Buena muestra de ello es el vocabulario y los modelos que Leticia Ñeco estudió y elaboró en una tesis doctoral, titulada Programa de optimización del movimiento (PrO-M): Compañía Cienfuegos Danza,presentada en la Universidad de Valencia en 2014, a partir del trabajo en la compañía Cienfuegos Danza. Un estudio que nos ofrece un análisis y un vocabulario esclarecedores respecto a “factores corporales”, “factores espaciales”, “factores temporales”, “organicidad”, “artificio”, “curva y línea”. También nos aporta categorías clave como “tono muscular”, “dirección”, “proyección”…
Por ejemplo, me parecen de gran utilidad para el trabajo práctico sus aproximaciones a las “calidades de movimiento” concretadas en:
Cualidades temporales: Legato. Acentuado. Disociación temporal.
Cualidades corporales: Fluido. Articulado. Sostenido. Retenido. En ataque. Disociación corporal.
Cualidades espaciales: Global excéntrico. Global concéntrico. Fragmentado sin proyección. Fragmentado con proyección. Agitado. Opuesto. Fugaz. Disociación espacial.
En las sesiones prácticas conducidas por las coreógrafas/os invitadas/os: Marco Flores, Oded Ronen, Lucía Piquero, Yoshua Cienfuegos y por las coreógrafas/os emergentes: Vania Gala, Fernando Trujillo, Gaby Dabies, Dana Raz y Maynor Chaves, se iba trabajando desde diversas consignas ligadas a la investigación práctica del ritmo.
Cada corógrafa/o aportaba una perspectiva diferente: desde el trabajo más próximo a la performance y a la heterogeneidad de elementos que intervienen y parecen diluir la danza, practicado por Vania Gala; hasta el trabajo del israelí Oded Ronen, que parte de imágenes y calidades para provocar movimiento y para conducir su desarrollo; pasando por la gran diferencia que supone la introducción de elementos provenientes del flamenco, como puede ser el trabajo con los pies, el zapateado, las palmas y algunos compases, como la Farruca, el Tango o la Bulería, aportados por Marco Flores, Premio Nacional de Flamenco, o por los bailarines de español, Sara y Jesús.
Resultaba muy curioso observar cómo estos elementos y lenguajes, sutilmente diversos, incluso las perspectivas y formas de trabajar, generaban materiales que, a veces, se movían bajo la tensión rítmica impetuosa del contraste y la oposición, y, otras veces, funcionaban desde un aliento rítmico tendente a la similaridad, al contagio en la repetición y variación, produciendo sumas que conducían al unísono.
EC2017, en su cuarta edición, la tercera celebrada en el Teatro Campoamor, llegó a su fin con una gala inusual, atractiva para los sentidos y un reto para el pensamiento.
La gala, que se celebró el 15 de agosto en el Teatro Campoamor, fue un evento escénico inusual y atractivo porque aunó, por una parte, fragmentos de espectáculos, en los que la danza se conjuga en su máxima plasticidad, y, por otra parte, también ofreció fragmentos dancísticos de la investigación que se ha ido realizando durante quince días.
En la primera parte de la gala se presentaron cuatro piezas breves de diferente sello:
IN_TRANSIT de Aiala Echegaray y Edoardo Ramírez Ehlinger, con dramaturgia de Jonatan González. Un solo con toques cómicos, interpretado por Edoardo, en el que la danza adquiere un carácter teatral, en el recurso sutil a la parodia sobre las restricciones de género.
SHARP de Yoshua Cienfuegos, con interpretación de Maynor Cháves e Iván Amaya. Un dúo que parte de dos de los personajes más enigmáticos de Samuel Beckett, para convertirse en un poema escénico en el que los movimientos dancísticos funcionan como acciones fulgurantes de alta rentabilidad evocativa.
PETRICHOR de Lucía Piquero, con la interpretación de Stefania Catarinella, Gaby Davies, Keith Micallef, Emma Louise Walker y Lucía Piquero. Ésta es la pieza con mayor reparto. Un quinteto en el que la danza parte de un malestar social y se inspira en poemas de Mario Benedetti. PETRICHOR, ese olor que desprende la tierra cuando ha llovido después de la sequía, es una composición que funciona más por las emociones que por una narrativa.
ANÓNIMOS de Yoshua Cienfuegos, con Edoardo Ramírez y Paloma Galiana, es un dúo lleno de misterios y enigmas, comenzando por la ausencia de expresión facial desde la que trabajan los bailarines. ANÓNIMOS funciona, un poco, como una especie de ecuación poética, en la que intentamos desentrañar las claves de una relación que, por veces, semeja darse entre dos muñecos y, por veces aparecen ráfagas tremendamente humanizadas.
En la segunda parte de la gala se activaron fragmentos del trabajo coreográfico de investigación, conducido por coreógrafos/as de diferentes latitudes y lenguajes: Marco Flores, Oded Ronen, Lucía Piquero y Yoshua Cienfuegos, junto a coreógrafos/as emergentes: Vania Gala, Fernando Trujillo, Gaby Dabies, Dana Raz y Maynor Chaves. Sobre el escenario, además, un nutrido grupo de bailarinas/es provenientes de diferentes puntos del planeta.
La danza, aquí, se integra en un diálogo de formas y ritmos que asume nuevos retos bajo la atenta mirada del público del Teatro Campoamor, y anteriormente con el acompañamiento de compositores como Giuliano Parisi y Jonas Bisquert, investigadoras/es como Carmen Giménez Morte, María Rodríguez, Joahn Volmar y quien escribe, y artistas plásticos como Begoña Múñoz y Vicente V. Banciella. Una especie de cosmos de interacciones en las que la danza piensa, con emoción, y el pensamiento danza con pasión.
Afonso Becerra de Becerreá.
Subscribe to:
Posts (Atom)